Se pronuncia el zapatismo contra el capitalismo y despojo del crimen organizado

Zapatistas en el caracol de Oventic, en octubre de 2017.( Foto. José Carlo González).

San Cristóbal de Las Casas, Chiapas, 03 de noviembre 2024. El Ejército Zapatista de
Liberación Nacional (EZLN) anunció que hará “los cambios y ajustes que hemos estado
discutiendo y acordando en común en estos años y que ya consultamos con todos los
pueblos zapatistas”, aunque no precisó en qué consisten.
En un comunicado firmado por el ahora capitán insurgente Marcos, agregó que “si alguien
piensa que vamos a recibir un premio, o una estatua, o un museo, o unas letras de oro en la
historia, o paga, o agradecimiento; pues ya va siendo hora de que busque por otro lado,
porque lo único que vamos a recibir es que, cuando ya vamos a morir, podremos decir ‘hice
mi parte’ y saber que no es mentira”.
Marcos comenzó el texto a partir de la historia de Dení, niña indígena, de sangre y raíz
maya, hija de una insurgenta y un insurgente indígenas zapatistas que nació hace unos 5
años y pertenece a la primera de la séptima generación que vivirá dentro de 120 años y por
la que es necesario luchar.
En esa parte interviene el subcomandante insurgente Moisés: “Entonces nosotros tenemos
que luchar para que esa niña, que va a nacer en 120 años, sea libre y sea lo que le dé la gana
ser. Entonces no estamos luchando para que esa niña sea zapatista o partidista o lo que sea,
sino que ella pueda elegir, cuando tenga juicio, cuál es su camino. Y no sólo que pueda
decidir libremente, también y, sobre todo, que se haga responsable de esa decisión. Es decir,
que tome en cuenta que todas las decisiones, lo que hacemos y lo que dejamos de hacer,
tienen consecuencias”.
Agrega: “O sea que no le eche la culpa al sistema, a los malos gobiernos, a sus papás y
mamás, a sus familiares, a los hombres, a su pareja (sea hombre o mujer o lo que sea), a la
escuela, a sus amistades. Porque eso es la libertad: poder hacer algo sin presiones u
obligado, pero respondiendo de lo que se hizo. O sea sabiendo las consecuencias desde
antes.”
Entonces, continuó Moisés, “tenemos que pensar en esa niña. Ver lejos, pues. Y, mirando
eso que parece muy lejano, hay que ver qué tenemos que hacer para que esa niña sea libre.
Y esto es importante porque ya tenemos encima la tormenta. La misma de la que
advertimos hace casi 10 años. Lo primero que vemos es que la destrucción viene más
rápido. Lo que pensamos que pasaría dentro de 10 años, ya está aquí”.
Se refirió a la madre tierra que “está como inconformada, como protestando, pues está lo
más peor: el monstruo, la hidra, el capitalismo, que está como loco robando y destruyendo.
Ahora quiere robarse lo que antes no le importaba y sigue destruyendo lo poco que queda.
El capitalismo ahora produce la miseria y a quienes huyen de ella: los migrantes”.
Señaló que la pandemia del Covid-19 que todavía sigue, “mostró la incapacidad de todo un
sistema para dar una explicación real y para tomar las medidas necesarias. Mientras morían
millones, unos pocos se hicieron más ricos. Ya se asoman otras pandemias y las ciencias
ceden el paso a las pseudo ciencias y las charlatanerías convertidas en proyectos políticos
de gobierno”.
Agregó: “Vemos también lo que llamamos el crimen desorganizado, que son los mismos
malos gobiernos, de todos los partidos políticos, que se esconden y se pelean por el dinero.
Este crimen desorganizado es el principal traficante de drogas y personas; el que se queda
con la mayor parte de los apoyos federales; el que secuestra, asesina, desaparece; el que

hace negocio con la ayuda humanitaria; el que extorsiona, amenaza y cobra derecho de piso
con impuestos que son para que un candidato o candidata digan que ahora sí van a cambiar
las cosas, que ahora sí se van a portar bien”.
Manifestó que “vemos a pueblos originarios hermanos que, cansados de desprecios, burlas
y mentiras, se arman para defenderse o para atacar a los caxlanes. Y los ciudadanos
espantándose, siendo que ellos mismos, con su modo de mierda, alimentaron ese odio que
ahora sufren y que ya no tiene control. Como en la soberbia Jovel (San Cristóbal de Las
Casas), cosechan lo que sembraron”.
Afirmó que “también vemos con tristeza que pelean mismo entre indígenas de mismas
sangre y lengua. Pelean entre sí por tener los miserables apoyos de los malos gobiernos. O
por quitarse lo poco que tienen o que llega. En lugar de defender la tierra, pelean por
limosnas”.
Expresó que “todo esto se lo avisamos a los ciudadanos y a los originarios hermanos hace
casi 10 años. Habrá quién hizo caso, y hay muchos que ni en cuenta. Como que vieron y
ven todavía como que todo ese horror les queda muy lejos, en tiempo y en distancia. Como
que sólo ven lo que tienen enfrente. No ven más lejos. O ven, pero no les importa”.
Como ya sabemos, abundó, “en todos estos últimos años, nos hemos estado preparando
para esta oscuridad. 10 años llevamos preparándonos para estos días de dolor y de pena
para quienes somos todos los colores que somos de la tierra. 10 años revisando
autocríticamente lo que hacemos y lo que no hacemos, lo que decimos y callamos, lo que
pensamos y miramos. Nos hemos preparado a pesar de traiciones, calumnias, mentiras,
paramilitares, cercos informativos, desprecios, rencores y ataques de quienes nos reprochan
no obedecerlos.
“En silencio lo hicimos, sin bullas, tranquilos y serenos porque miramos lejos, como de por
sí nos enseñaron nuestros anteriores. Y allá afuera gritándonos que miremos aquí nomás,
sólo un calendario y una geografía. Muy pequeñito lo que nos quieren hacer mirar. Pero
como zapatistas que somos, nuestro mirar es del tamaño de nuestro corazón, y nuestro
caminar no es de un día, un año, un sexenio. Nuestro paso es largo y deja huella, aunque no
se mire ahorita o ignoren y desprecien nuestro camino”.
El EZLN advirtió que “si no miramos a esa niña que ya está con su mamá, pero dentro de
120 años, entonces no vamos a entender lo que estamos haciendo. No lo vamos a poder
explicar a nuestros mismos compañeros. Y mucho menos lo van a entender los pueblos,
organizaciones y personas hermanas de otras geografías. Ya podemos sobrevivir a la
tormenta como comunidades zapatistas que somos. Pero ahora se trata no sólo de eso, sino
de atravesar ésta y otras tormentas que vienen, atravesar la noche, y llegar a esa mañana,
dentro de 120 años, donde una niña empieza a aprender que ser libre es también ser
responsable de esa libertad”.
Concluyó: “Para eso, mirando esa niña allá a los lejos, vamos a hacer los cambios y ajustes
que hemos estado discutiendo y acordando en común en estos años, y que ya consultamos
con todos los pueblos zapatistas. Si alguien piensa que vamos a recibir un premio, o una
estatua, o un museo, o unas letras de oro en la historia, o paga, o agradecimiento; pues ya
va siendo hora de que busque por otro lado. Porque lo único que vamos a recibir es que,
cuando ya vamos a morir, podremos decir “hice mi parte” y saber que no es
mentira”.(Información de La Jornada. Corresponsal Elio Henriquez).

By Redaccion los de apie

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