Culiacán, Sinaloa, 17 de diciembre 2024. «Ningún periodista debe ser detenido ni agredido por ejercer su derecho a informar y ser informado, ya que el periodismo es una función esencial para el fortalecimiento de la democracia y el ejercicio del derecho del pueblo a la información», recalcó el Instituto para la Protección de Personas Defensoras de Derechos Humanos y Periodistas (IPPDDHyP).
Lo anterior, al condenar la detención de dos comunicadores por parte de elementos del Ejército Mexicano, como se dió a conocer, el pasado domingo 15 de diciembre.
Ese dia, dos periodistas acudieron a dar cobertura a un operativo de fuerzas federales y policías locales en Mazatlán.
Aún cuando se identificaron debidamente como periodistas, estos fueron detenidos y esposados por militares, quienes los entregaron a policías municipales por lo que fueron trasladados a Barandilla, donde el Juez civil ordenó su inmediata liberación.
«El Instituto manifiesta su más rotunda condena ante cualquier acto que limite el ejercicio libre y seguro del periodismo», señala el IPPDDHyP, en un escrito enviado a los medios informativos.
Advierte que «las autoridades tienen la obligación de proteger a quienes ejercen está labor vital, absteniéndose de realizar cualquier acción y/u omisión de cualquier naturaleza que ponga en riesgo o afecte los derechos fundamentales de los periodistas».
Al reiterar su compromiso en la Defensa de la Libertad de Expresión, el Instituto hace un llamado a las autoridades para que implementen «las medidas necesarias que aseguren la protección de los periodistas y comunicadores en todo momento, independientemente del contexto de los operativos de seguridad en los que se encuentren informando».
En el escrito, el organismo pone el acento en que «los periodistas deben ejercer su derecho a informar dentro de los límites que protejan la seguridad y las investigaciones, mientras que las fuerzas de seguridad deben respetar sus derechos, permitiéndoles trabajar sin obstáculos».
«Está colaboración es esencial para garantizar la seguridad pública, el flujo de información y la protección de los derechos humanos», sostiene final mente el IPPDDHyP.
La detención de los comunicadores se generó a raíz de que estos acudieron a un operativo del Ejército en una colonia de Mazatlán.
Con la finalidad de tomar mejores fotografías de un aseguramiento de armas y carros, estos se subieron al techo de una vivienda con autorización de la dueña.
Esa vivienda estaba justo a un lado del lugar donde los militares desarrollaron el decomiso.
Al bajar por las escaleras de la casa, y no obstante la explicación de la dueña y la identificación de los propios periodistas, los militares los detuvieron, los esposaron y los entregaron a los policías municipales como si se tratara de delincuentes, ante la protesta de otros periodistas que también cubrían el evento.