Antonio López Sáenz. Pintó la belleza de Sinaloa para el mundo.
Mazatlán, Sinaloa, 16 de agosto 2023. Antonio López Sáenz fue “un artista universal, un
hombre internacional”, alguien que “expresó la belleza de Sinaloa ante el mundo”, “sus
colores, sus paisajes y personajes cálidos y entrañables, nos harán menos triste su
ausencia”.
Lo anterior fueron algunas expresiones de personalidades del arte, la cultura y la política,
que se reunieron este día en Mazatlán, para darle el último adiós al artista sinaloense “que
nunca quiso reconocimientos ni distinciones”.
El director del Instituto Sinaloense de Cultura (ISIC), Juan Salvador Avilés Ochoa, se
refirió a López Sáenz como un artista mexicano que expresó la belleza de Sinaloa que
cautivó al mundo.
“Sus colores, paisajes y personajes cálidos y entrañables, nos harán menos triste su
ausencia”, señaló Avilés Ochoa.
Raúl Rico director del Instituto Municipal de Cultura en Mazatlán, a manera de anécdota,
platicó cuando el artista le propuso realizar una estatua para conmemorar la llegada del
milenio, en el año 2000.
“Vamos a hacer una visión futurista del sinaloense”, le dijo, y cuando llegó con el boceto,
se trataba de una familia sinaloense con sombreros, como a él le gustaba pintar, a lo que
dijo: “así nos agarró el milenio y así vamos a ser en el futuro”, recordó.
Por su parte, el gobernador Rubén Rocha, destacó de López Sáenz al “artista universal, al
hombre internacional” a quien admiró “muchísimo y quien siempre se negó a recibir
distinciones”.
El cortejo fúnebre partió alrededor de las 15:00 horas hacia la Catedral de Mazatlán, donde
se ofreció una misa de cuerpo presente en punto de las 15:30 horas para continuar
posteriormente rumbo a la cremación, en el Panteón Renacimiento.
Antonio López Sáenz nació en 1936 en el puerto de Mazatlán; pintor y escultor plasmó el
sabor de nuestra tierra en lienzos, barro y bronce.
Su tierra es la mayor fuente de inspiración y está plasmada en cada pincelada de su obra.
En manos de López Sáenz las tinturas cobran forma de mujeres, hombres, barcos, mar y
están llenas de vida, música de banda, béisbol y carnaval.
Sus cuadros son postales, llenas de memoria y añoranza; él mismo ha referido que pinta con
lo que ha visto desde niño: los paisajes, los estampados de los vestidos de su mamá y sus
tías que se reunían por las tardes a platicar sentadas en poltronas.
Los personajes en su obra no tienen rostro, así lo ha decidido López Sáenz: dejar en el
anonimato a quienes viven dentro de los lienzos, conociendo él solamente a los actores
verdaderos de cada obra