Culiacán, Sinaloa, 10 de junio de 2025. Al considerar que «la justicia no puede esperar a que se adquieran conocimientos, sino que debe garantizarse desde el primer día”, el especialista en derecho constitucional, doctor Gonzalo Armienta Hernández, señaló que la reciente reforma al Poder Judicial fue mal instrumentada.
Consideró que la misma, atenta contra derechos humanos de servidores públicos de carrera y da pauta a la llegada de jueces y magistrados sin experiencia, que tendrán serios problemas en aplicar la ley de manera correcta y sobre todo, la legislación internacional en materia de derechos humanos.
El académico de la Facultad de Derecho de la Universidad Autónoma de Sinaloa (UAS), se refirió a la reciente jornada electoral para renovar al Poder Judicial en México, misma que generó una estela de interrogantes y advertencias entre especialistas del derecho constitucional, observó.
Señaló que el citado proceso, aunque pacífico, evidenció fallas de diseño y omisión de derechos fundamentales.
Si bien fueron unas elecciones tranquilas, sin incidentes mayores, la baja participación era previsible pues la ciudadanía no conocía a los candidatos, y en México la gente no vota por votar, sostuvo.
El especialista dijo además que el bajo involucramiento ciudadano, no es atribuible al desinterés, sino a la falta de información y a lo complejo del proceso, en virtud de que la mayoría de los contendientes no eran figuras públicas ni contaban con trayectoria conocida.
Armienta Hernández reconoció que una reforma al Poder Judicial era necesaria, particularmente por la desvinculación de la Suprema Corte con el sentimiento popular y por un Consejo de la Judicatura que, a su juicio, operaba como juez y parte.
Sin embargo, advirtió que el diseño fue mal instrumentado.
“Se debió comenzar por los ministros y avanzar gradualmente, remover a jueces y magistrados de carrera, fue un error que vulnera el derecho humano a la estabilidad en el empleo”, enfatizó.
Desde su óptica, el cambio masivo afectó a servidores que ascendieron por méritos propios, al sostener que muchos de ellos, iniciaron como auxiliares, armando y cosiendo expedientes, y con esta reforma, se les despojó de una expectativa de vida construida con esfuerzo.
Respecto al nuevo perfil de jueces y magistrados, el panorama no es alentador, ya que muchos carecen de experiencia y el conocimiento necesario para aplicar no solo la legislación nacional, sino también los tratados internacionales en materia de derechos humanos, subrayó.
El doctor Gonzalo Armienta Hernández, insistió en que la legitimidad del Poder Judicial debe construirse sobre bases sólidas.
Recalcó que al haber modificado toda la estructura de un poder del Estado de manera simultánea fue imprudente, en este sentido, dijo que el tribunal disciplinario es un avance, pero los cambios debían hacerse por etapas, comenzando por la élite judicial, “la justicia no puede esperar a que se adquieran conocimientos, debe garantizarse desde el primer día”, concluyó.