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Los de apie

El periodismo como función social

Lecturas en tiempos de violencia II

PorOscar Loza Ochoa

Dic 27, 2024

La adoración de los pastores. Rembrandt.

El domingo 6 de junio de 2021, poco más del 56 por ciento de los electores votamos para que
Rubén Rocha gobierne Sinaloa. Por ello a muchos nos pareció fuera de lugar que el general
Oscar Rentería, nuevo secretario de seguridad en el estado, protestara el cargo en la IX Zona
Militar y no en el despacho del gobernador.
La prolongada crisis de seguridad que vivimos nos invita a observar con lupa dos principios:
el responsable de nuestra seguridad que se va (general Gerardo Mérida), no puede irse sin
rendir las cuentas obligadas ante la sociedad sinaloense que le confió una responsabilidad,
pues se sienta un mal precedente; en la protesta a su puesto, él mismo manifestó que de no
cumplir leal y patrióticamente su encargo, que la sociedad se lo demandara.
Y para el que llega, debe a Sinaloa lealtad incondicional, que el acto protocolario primero ya
no observó y hacer pública la estrategia con que trabajará para recuperar la paz que hemos
extraviado en el camino. Es lo menos que esperamos.
Por lo demás, hacemos votos porque el trabajo a desempeñar en la búsqueda de la paz y
tranquilidad, tan caras a los sinaloenses, tenga los éxitos que la sociedad espera y merece. Y
reiteramos que hay dos cosas esenciales en materia de seguridad que siguen al margen del
pensamiento oficial: programas que atiendan el Eje Primero de la estrategia de la presidenta
Claudia (los jóvenes) y la Mesa de Diálogo con la sociedad civil.
Hago el espacio debido para comentar en una segunda parte mis lecturas del año: el libro
número 21fue Los límites del crecimiento, aquella investigación encargada por el Club de
Roma a Dennis y Donella Meadows y otros del Instituto Tecnológico de Massachusetts.
La tesis principal del informe de 1972 dice: “en un planeta limitado, las dinámicas de
crecimiento exponencial (población y producto per cápita) no son sostenibles”. Luego leí
Cuentos de la peste, de Mario Vargas Llosa; que nos hace revivir la Pandemia del Covid-19 y
hace homenaje a El Decamerón, a Boccaccio, su autor, y a las víctimas de la Peste de 1348.
Los soldados de Salamina, de Javier Cercas, demandaron mi atención. Al final de la Guerra
Civil Española, coinciden la muerte del poeta Antonio Machado y el fusilamiento de Rafael
Sánchez Mazas, fundador de La Falange franquista y promotor de la guerra.
Sánchez Mazas sobrevive porque Antoni Miravalles (republicano) le perdona la vida y hace
carrera con Franco.
Oscar Guillermo López Moreno, me pidió presentar su libro Corazón sin fronteras. Es su
recuento de la Guerra Civil en El Salvador, en una rica serie de entrevistas con los
protagonistas. Cómo escapar a la provocación que representan las tramas de Artur Conan
Doyle: Los bailarines ponen a prueba la inteligencia y lógica de Sherolk Holmes.
Preocupado por leer el pensamiento de gente de letras disfruté El escritor y sus fantasmas, de
Ernesto Sábato. Llama la atención su búsqueda de coincidencias entre existencialistas y
marxismo. José Revueltas se interpuso de nuevo y releí su Dormir en tierra. Hermoso
despliegue del dominio del español y de personajes que se enfrentan a un mundo injusto y
con su conciencia. Antón Chéjov no podía faltar con sus Cuentos escogidos, una verdadera
radiografía del mundo rural ruso.

Miguel de Cervantes está presente en mil imágenes en mi oficina y en casa. Novelas
ejemplares no podían faltar en el repaso al Manco de Lepanto. Interesante resultó la lectura
de La izquierda 1923-2023, de Álvaro Delgado Gómez y otro. Un seguimiento desde los
Flores Magón hasta días recientes. Patty González me obsequió La última frontera, de
Howard Fast. Es un bello rescate de la historia y heroísmo de los cheyenes de las Montañas
Negras de Dakota del Sur. Me estremeció la novela del París obrero del siglo XIX con La
taberna, de Emilio Zola. Luego regresé a una lectura de mis años de prepa: Los condenados
de la tierra, de Frantz Fanon. Es una dramática historia de la descolonización de África y
Medio Oriente. Y vuelta a la Guerra Civil de España con El niño que perdió la guerra, de
Julia Navarro. Pablo, hijo de combatiente republicano, es enviado a la Unión Soviética para
que no sufra el franquismo. Crece en el entorno de la II Guerra Mundial y el Stalinismo.
Regresa a la España del ocaso franquista.
He continuado mis lecturas con Travesuras de la niña mala, de Mario Vargas Llosa. Mario
retoma datos biográficos para hacer una novela de encuentros y desencuentros amorosos.
Madrid, París y Londres son el escenario de la historia.
Un punto siempre pendiente es la tragedia de Irlanda y con La buena terrorista, de Doris
Lessing, vuelvo a dar vida a recuerdos y personajes como Bobby Sands, muerto en aquella
huelga de hambre de 1984. ¿Volver a Marx? Con Ludovico Silva toco de nuevo El origen
literario de Marx. Interesante hurgar en las lecturas del genio alemán y su evolución de joven
brillante a científico.
Con Philip W. Powell y La guerra chichimeca di un salto histórico para registrar nuestra
resistencia a la conquista española. Rosaura Revueltas aparece con su historia familiar Los
Revueltas. Con Las nuevas caras de la derecha, Enzo Traverso nos lleva de la mano a un
análisis ideológico muy actual.
José Ramón Cossío Díaz, nos llama la atención sobre un tema muy actual con Los futuros de
la militarización en México. Tuve en mis manos un libro que no quería leer: En agosto nos
vemos, de Gabriel García Márquez. El Gabo renunció a su publicación, pues la calidad no es
la del resto de su obra. No debieron publicarlo.
Mazatlán sigue dando buenas obras, Patricia Carrillo Collard, nos regaló Nadie que me
comprenda. Guillermo, su personaje, tiene fuertes rasgos del Güilo Mentiras. Mi lectura de
La mujer singular y la ciudad, de Vivian Gornick, me llevó a dibujar una nueva visión de
Nueva York y de la mujer pobre para sobrevivirla.
Seguir la producción poética de Rosalío Morales Vargas fue una necesidad y un placer
literario. Concluiré mis lecturas 46 y 47 del año con Los excluidos, de Elfriede Jelinek y
Poesía negra de América, de José Luis González y Mónica Mansour. Que la paz llegue ya a
Sinaloa y que el año 2025 nos presente otro rostro más amable y que su regalo sea la
renovación de nuestra estrujada esperanza.
www.oscarloza.com
oscarloza.ochoa@gmail.com
X @Oscar_Loza

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