Culiacán, Sinaloa, 22 de marzo 2024. Un clima de terror se ha establecido este día en
Culiacán, ante el secuestro de unas 50 personas entre hombres, mujeres, adolescentes y
niños integrantes de al menos 11 familias que esta mañana fueron sacadas con lujo de
violencia de sus casas y llevadas con rumbo desconocido.
En la percepción ciudadana, los hechos guardan relación con una serie de enfrentamientos
suscitados ayer jueves 21 de marzo en la serranía de Badiraguato, con saldo de tres
personas muertas al interior de una camioneta calcinada, dos de las víctimas fueron
decapitadas.
Aun cuando el gobernador de Sinaloa Rubén Rocha Moya y el secretario de Seguridad
Pública, Gerardo Mérida Sánchez, consideran los hechos como “nada extraordinario” y
“cosas que oxcurren”, y conminaron a la población a hacer su vida normal (¡Sic!),
afirmando que el Estado “no ha sido rebasado” (¡Sic!) y está en condiciones de brindarnos
seguridad (¡Sic!) los ciudadanos opinaron diferente.
Apenas pasadas las 12 del día de este viernes, comerciantes del centro resolvieron cerrar
sus negocios, las escuelas suspendieron el turno vespertino mientras padres de familia
optaron por recoger temprano a los menores y refugiarse lo antes posible en sus hogares.
El general Gerardo Mérida Sánchez, secretario de seguridad Pública en Sinaloa y el
vicefiscal de la zona centro, Dámaso Castro Zaavedra, reconocieron los hechos de este día.
Según los reportes de la policía, las primeras llamadas se recibieron en las líneas de
emergencia a las 4 de la mañana y se extendieron hasta las 10-11 horas del día.
Los primeros secuestros ocurrieron alrededor de las 04 de la mañana en la sindicatura de
Imala y Sanalona.
En hechos distintos, hombres fuertemente armados forzaron las chapas de las puertas,
ingresaron a las viviendas y se llevaron a cinco familias que se encontraban en el interior.
Once familias desaparecidas
Posteriormente, entre las 9 y 11 de la mañana, ante el C4 registraron el secuestro de una
familia completa que se encontraba en una vivienda en el fraccionamiento Villa Bonita, una
más en el Ejido Plan de Oriente, también conocido como El Doce, de Imala, dos familias
más en la comunidad de La Noria, también sindicatura de Imala, otra más en el
fraccionamiento Belcanto ubicado a un costado de La Costerita, contiguo al libramiento
Benito Juárez.
Según los primeros reportes de la policía, a las 9 horas con 35 minutos, recibieron la
denuncia del secuestro de 6 personas que se encontraban en una casa ubicada sobre la
carretera Culiacán-Sanalona.
Hombres, mujeres y niños, las víctimas
La lista de desaparecidos ahí es de siete personas: Los señores María Ofelia, Javier Edgardo
y Jazmin Karely de 59, 35 y 31 años de edad respectivamente.
Además de Aylin Stephanía de 18 años y dos menores de 10 y 5 años de edad.
Otro reporte menciona que un grupo de hombres armados arribó a la colonia Villa Bonita,
salida sur de Culiacán a donde ingresaron luego de forzar chapas y cerraduras para llevarse
con rumbo desconocido a la familia que ahí se encontraba.
En ese lugar se localizó un automóvil a nombre de Jesús Edén y documentos que
mencionan un domicilio en Costa del Sol.
Otro de los hechos registrados es la desaparición de Jezabel y seis personas más en la
colonia Belcantto, también ubicada al sur de esta ciudad y contigua a La Costerita.
En La Noria, sindicatura de Sanalona, se reportó la desaparición y secuestro de unas 10
personas:
Los señores Aurora de 53 años, Miguel Ángel de 57, Juan Miguel de 34, Iris Nohemí de 31,
María Ángela de 53, Juan Alfredo de 56, Ángela Adilene de 28 años, Juan Diego de 22,
Diana de 36, Manuela de 57, Jesús Ildefonso de 58 y los menores de 10, 12, 17 y 15 años
de edad.
Más tarde, poco antes de las 12 horas, se denunció la desaparición de otra familia en la
colonia Industrial El Palmito.
La lista la integran Abigaíl de 30 años, Ricardo, de 28 años y dos menores de seis y once
años respectivamente.
En la colonia Los Ángeles, contigua a la carretera a Sanalona, también se registró un
incidente similar donde hombres armados irrumpieron a uno de los domicilios en el curso
de la noche de ayer jueves.
Ahí desaparecieron las jóvenes Johana de 27 años, Gabriela de 32 Regina, de 32 años, y los
menores de 11, 12, nueve y seis años respectivamente.
En la colonia Magisterio, a las 11 horas con 37 minutos, personas armadas obligaron a un
hombre a bajar de su automóvil para acompañarlos, informó la policía.
Nada extraordinario
El secretario de Seguridad Pública del Estado, Gerardo Mérida Sánchez, confirmó los
hechos violentos suscitados este jueves en el municipio de Badiraguato.
El funcionario sostuvo que la situación en la serranía sinaloense “está controlada” gracias a
la intervención de fuerzas federales y estatales.
Mérida Sánchez, aseguró que arriba “todo está controlado” luego de que los primeros
reportes revelaron el hallazgo de una camioneta calcinada con tres personas asesinadas en
su interior, dos de las cuales se encontraban decapitadas y al parecer con un tiro en la
cabeza.
El hecho no lo consideró extraordinario: “les dimos la atención que corresponde porque es
un hecho real, es un hecho relevante, hay personas lamentablemente muertas, personas que
fueron baleadas, la cabeza está baleada. Pero decir que tenemos la preocupación, todos los
días tenemos la preocupación de lo que pasa en Sinaloa”.
Los tres niveles trabajan
Por su parte, el gobernador Rubén Rocha Moya, consideró la desaparición de siete familias
como un hecho “nada extraordinario” y convocó a los sinaloenses a hacer su vida normal, a
no suspender sus vacaciones de Semana Santa, a no tener miedo y aseguró que los tres
niveles de gobierno están trabajando para localizar a las personas desaparecidas.
No obstante, la percepción de inseguridad se instaló entre los culiacanenses. Alrededor de
las 12 del día, comerciantes del centro de la ciudad decidieron bajar sus cortinas ante la
posibilidad de que se susciten enfrentamientos u otras acciones violentas que pongan en
riesgo su integridad y la de sus clientes.
Se instala el miedo
“Dice la patrona que ya vamos a cerrar…, comentó Patricia, una joven mesera mientras
recogía aceleradamente mesas y sillas del portal del negocio, convencida de la urgencia de
irse a resguardar.
“Tengo que ir corriendo por la niña…, quién sabe qué irá pasar con tanta gente que están
levantando…,” comenta apresurada Aurora, mientras cierra las puertas de su casa.
“En la noche hay toque de queda, no hay que salir, están llegando muchos soldados”,
resuelven grupos de redes sociales.
Invitan a formar cadena de oración por Culiacán, por el pronto regreso con vida de las
familias secuestradas.
Las calles de la ciudad poco a poco se quedan vacías. No son las dos de la tarde, pero
hombres y mujeres buscan guarecerse como pueden, los automóviles van desapareciendo
de las otrora atiborradas vialidades a esa hora del día.
El miedo se ha instalado. Nadie sabe por qué, pero ¿Qué se puede esperar cuando grupos
armados rompen chapas y candados para sacar a hombres, mujeres y niños del hogar?