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Los de apie

El periodismo como función social

Héroes o heroínas: qué dice el resultado político-electoral

PorElvira García Sainz

Jun 18, 2024

Las tentaciones y pruebas de cantar victoria
En el revuelo de estos días, iremos viendo quiénes queda y quiénes se van de la burocracia política

Aun cuando una mujer ha sido la ganadora por el cuantioso número de votos en la elección
presidencial de este año, podemos preguntarnos cuándo se verá más equilibrio en esa relación
dominada de manera apabullante por hombres en la historia de México. La respuesta más probable
es «aún no».
Veamos en los billetes y monedas mexicanos, sean de mayor o menor valor: encontramos sobre
todo figuras masculinas. Un ejemplo. Sin embargo, es también más por figuras masculinas que se
vota en este país, sin importar que el número de votos provenga estadísticamente más de las
mujeres. Esto quiere decir que, de este modo, «los hombres ganan más gracias a las mujeres».
De acuerdo con los resultados de los comicios recientes, dirán algunos que aumentó
«significativamente» la elección de mujeres en otros puestos de relevancia política, aparte de la
presidencia a la cual aspiraron Claudia Sheinbaum y Xóchitl Gálvez.
Esto muestra que las reglas del juego, gradualmente, van cambiando, y que los partidos políticos,
muy a su pesar, han tenido que postular a más mujeres. Aun así, lo que estamos experimentando
ahora es una transición de procesos, los inicios en este tema del balance genérico político-electoral,
incipiente en México, y no mucho más de avanzada como en tantos otros países.
Este proceso, del equilibrio genérico de oportunidades es lento, tanto o más precario en ese contexto
como lo ha sido en el de las ocupaciones o sector laboral. Hay que decir que teniendo como telón de
fondo este escenario en el país, está la decisión –inédita por cierto–, que tomó el actual presidente
para apoyar a una mujer como candidata, de un partido Morena engrandeciéndose.
Morena, surgido de la lucha interna de las llamadas tribus, o parcelas de izquierda nacional, «está
venciendo» en todo el país; para el mismo López Obrador no podría haber escenario más favorable,
no sabemos si dudara o no de los resultados. Podría haber dudado más de éstos que de apoyar a la
Sheinbaum, según se vio.
De lado, además, se ha pulverizado a un eslabón ahora perdido de izquierda anquilosada, como es el
PRD, sin su registro después de unirse a una coalición desesperada e impensable, y viéndose
arrastrado nacionalmente junto con sus aun supervivientes aliados PAN y PRI en los resultados.
Con todo, sigue imperando de hecho la influencia en la sucesión presidencial, y la enorme tentación
de buscar lo que antes con los gobiernos priistas se llamaba «carro completo».
Qué ha cambiado entonces y qué no, hay que valorarlo. No se esperaba, más va en la delantera del
país una mujer, respaldada por esa decisión. Lo difícil es saber qué tan importante y efectivo será
esto en la respuesta a los retos de México, como la reducción de la violencia, de la pobreza y el
combate a la corrupción, entre otros tantos objetivos.
Además, está por verse en el ámbito de la política y la administración pública, qué tan condicionado
será el apoyo obtenido por Morena, y sus negociaciones para mantener balance de fuerzas en los
estados con una nueva política procedente del gobierno de la capital del país.
Por el propio beneficio de ese proceso de transición en el equilibro de oportunidades y géneros, por
ahora reconocer una mejora no equivale a lanzarse al triunfalismo genéricamente hablando. No
precisamente. Calmémonos las mujeres. Es decir, ese reconocimiento de variaciones a favor de las
mujeres en puestos de relevancia pública solo puede ser cauteloso ante nuevos tiempos y viejas
necesidades sociales por atender, sean López Obrador o Claudia Sheinbaum los presidentes.
Lo que sí es notable es que pronunciarse a través del voto por la pasada multi-coalición de partidos,

ahora de oposición al actual gobierno federal, no era algo mejor en lo cual se quería creer, o en lo
que quiera creerse.
Podríamos preguntarnos ahora si en el próximo gabinete presidencial, casi por dar a conocer por
Claudia Sheinbaum se verán más caras femeninas. Social y estadísticamente, tampoco es lo más
probable. Es decir, a quienes esperen eso, no hay certeza y la mayor probabilidad es: «lo sentimos,
sigan participando».
De actuar en contra de esta tendencia, eso sí sería una novedad contra todo pronóstico venida de la
4T. Sin menospreciar la candidatura presidencial exitosa así como el nombramiento antes de Luisa
María Alcalde en la Secretaría de Gobernación con AMLO.
Volvamos a lo de las monedas y billetes. Las menores denominaciones son portada de rostros de
mujeres, y tal vez puedan ser los de mayor circulación y, por lo tanto, de mayor familiarización con
el poder ciudadano, sustituyendo a los rostros de caudillos o héroes de la historia nacional, elegidos
o condicionados a los liderazgos que, en resumen, gobierno –más– y pueblo –menos– promueven.

Por Elvira García Sainz

Colaborador(a)

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