Adiós a la pandemia
Elvira García Sainz
tw @garciasainz
email egsainz@gmail.com
Los efectos individuales y colectivos de la pandemia de Covid-19 están en vías de
conocerse con profundidad. Sin embargo, es indudablemente un periodo traumático global
en el que se han experimentado ansiedad y estrés, sobre todo después de las pérdidas
humanas sufridas y con las medidas de confinamiento y prevención de contagios.
Podría decirse que ya hemos pasado “lo peor”, pero la readaptación precavida en la
convivencia y formas de trabajar o estudiar de manera presencial y un uso más notorio de
redes electrónicas, quedan como muestra de medios para atenuar el impacto nervioso en la
espera de que terminara la pandemia en su momento, o ahora como costumbre. Hasta qué
punto esto es positivo o negativo en la interacción, esto tampoco aún lo sabemos a ciencia
cierta.
Además, en el contexto pandémico las condiciones de convivencia en cada hogar o en las
empresas estuvo marcada por la amenaza a la seguridad económica y familiar y, en México,
lo que sí sabemos es que ha aumentado el llamado a evitar la violencia doméstica y pública,
que en esa circunstancia se recrudeció.
De aquí que es relevante la búsqueda de superación de la ansiedad o el estrés pos-
traumático por la pandemia, a través de distintas alternativas terapéuticas que son aplicables
en procesos personales, familiares o de grupos ante violencia o problemas serios de
interacción, rompimientos sentimentales o duelo.
Entre las opciones se cuentan estrategias integrales de atención, la educación somática y de
salud preventiva, la atención psicológica o médica y, con estas, el desarrollo de nuevos
vínculos y actividades de apoyo, relacionales, físicas y recreativas, como la ejercitación
(yoga, danza) y la lectura.
Algunas otras son el ejercitamiento, masajes, terapias conductuales o el psicoanálisis, para
tener una vida más funcional o verbalizar la memoria reprimida para liberar la
conductuales o el psicoanálisis, para tener una vida más funcional o verbalizar la memoria
reprimida para liberar la energía que se ha contenido y “desencapsular” el o los eventos
traumáticos. Y es que en el cuerpo y las conexiones cerebrales y viscerales se almacena
información de los traumas, como expone Nadia Arroyo Estrada, licenciada en pedagogía
por la UNAM y maestra en sensibilización y manejo de grupos con enfoque sexológico.
También músico y danza-terapeuta, la maestra Arroyo promueve iniciativas artísticas en la
temática de “cantos al corazón y a la madre tierra”, y una de sus piezas sonoras transmitidas
en línea es “Abuelo cacao” (Nadia Arroyo/Luz de Luna), aquí el link para escucharla:


Un título de libro recomendado por ella en relación con el tema es “El cuerpo lleva la
cuenta. Cerebro, mente y cuerpo en la superación del trauma”, de Bessel Van Der Kolk
(Eleftheria, 2020).
La maestra Arroyo encabezó el taller “La otra pandemia: ansiedad y estrés pos-traumático”,
auspiciado por el Museo Memoria y Tolerancia ( https://www.myt.org.mx/).