Fiscalía de Justicia de Sinaloa. Bajo la lupa.
Culiacán, Sinaloa, 16 de agosto 2024. El gobernador de Sinaloa, Rubén Rocha Moya,
reconoció que la Fiscalía de Justicia de Sinaloa se encuentra sujeta a investigación a raíz de
omisiones e inconsistencias detectadas por la Fiscalía General de la República y en ese
contexto, “todo puede ocurrir”.
El Jefe del Ejecutivo en el estado, fue cuestionado por los reporteros sobre las derivaciones
que pudiera tener la renuncia este día de la Fiscal de Justicia, Sara Bruna Quiñónez Estrada,
hecho que se da a menos de 24 horas de que la Fiscalía General de la República (FGR),
haya atraído al nivel federal la investigación sobre el homicidio del ex rector Héctor
Melesio Cuén Ojeda.
Según la FGR, la Fiscalía de Sinaloa, incurrió en graves omisiones e inconsistencias en la
investigación del citado homicidio, pues en la necropsia practicada al cadáver, “no se
establecieron de forma correcta los signos cadavéricos inmediatos, temperatura, signos
tanatológicos, livideces, ni la descripción correcta y evolución que tuvo el cuerpo”.
Tampoco se registró que el cuerpo de Héctor Melesio Cuén, presentó “un fuerte hematoma
en la cabeza” y que recibió cuatro disparos en las piernas.
Los peritos y analistas de la Fiscalía Federal, cuestionan que, “habiendo manchas de sangre
humana en la batea de la camioneta, no hay ni peritajes, ni determinaciones al respecto”.
“No se cumplieron por parte de todas las autoridades involucradas, las medidas de
preservación del cuerpo, habiendo permitido la Fiscalía de Justicia del Estado una
incineración que es contraria a las prácticas criminalísticas sobre investigación de
homicidios”.
Al referirse al video aportado por la Fiscalía para sustentar el intento de robo de vehículo
como hipótesis de la agresión que habría costado la vida al fundador del Partido Sinaloense
y ex rector de la UAS, los peritos de la FGR señalan:
“El video de la gasolinera tiene sonido y sólo se escucha un disparo”, además de que los
tres empleados del negocio no refieren haber escuchado disparos y no se identifica con
precisión la fisionomía de los ocupantes de la camioneta”.
En la averiguación de la Fiscalía de Sinaloa, “no existe mecánica de hechos del evento” y
“no procesó criminalísticamente el lugar de los hechos, ni el vehículo”, asegura la FGR.
Cuestionado al respecto, el jefe del Ejecutivo sostuvo “que la renuncia de la Fiscal dice
mucho, ¿qué quiere decir? Que hay cosas que se tienen que investigar al interior de la
Fiscalía (del Estado), en sus actuaciones, ¿Cómo queda parada?, no lo sé, lo que sí sé, es
que está sujeta a análisis, investigación, examen…”.
Acerca de la posibilidad de que existan policías y funcionarios de las áreas de seguridad
pública al servicio de la delincuencia, Rocha Moya consideró que “todo puede ocurrir, el
problema es que se necesita tener elementos de prueba”, lo cual conlleva ser cuidadosos en
la materia y a tomar medidas.
Dijo que aún cuando la Policía Ministerial no depende directamente del Poder Ejecutivo,
serán las investigaciones de la Fiscalía General de la República las que definirán la
responsabilidad de cada una de las partes en los hechos del pasado 25 de julio.
Como se recordará, Héctor Melesio Cuén fue asesinado el pasado 25 de julio; según la
Fiscalía de Justicia, el origen de la agresión se suscitó cuando desconocidos intentaron
despojarlo de su camioneta, cuando éste se encontraba en una gasolinera al norte de
Culiacán para cargar combustible.
Sin embargo, una carta supuestamente escrita por el fundador del Cártel de Sinaloa, Ismael
El Mayo, Zambada, puso en cuestión la citada hipótesis.
En el escrito enviado a la redacción del periódico estadounidense Los Ángeles Times por
Frank Pérez, abogado defensor de Ismael Zambada García, éste asegura:
“Soy consciente de que la versión oficial que dicen las autoridades estatales de Sinaloa es
que Héctor Cuén recibió un disparo en la noche del 25 de julio en una gasolinera por dos
hombres en una motocicleta que querían robar su camioneta. Eso no es lo que pasó. Fue
asesinado al mismo tiempo y en el mismo lugar donde fui secuestrado”.
Según Zambada García, ese 25 de julio, fue convocado por Joaquín Guzmán López al
centro de eventos Huertos del Pedregal, a la salida norte de Culiacán, donde se reuniría con
Cuén Ojeda y el gobernador Rubén Rocha Moya, para mediar el conflicto suscitado entre
ambos por el control de la Universidad Autónoma de Sinaloa (UAS).
Dijo que la reunión estaba programada para las 11 de la mañana, que llegó un poco antes y
en el lugar saludó a Cuén. Que ahí se encontraba también Iván Guzmán Salazar y su medio
hermano, Joaquín Guzmán López así como gran cantidad de hombres con trajes militares
que supuso eran escoltas de los hijos de El Chapo.
Con una seña, Joaquín Guzmán lo invitó a seguirlo, entró después a una habitación oscura
donde varios hombres lo inmovilizaron, lo maltrataron físicamente, lo subieron atado a una
camioneta y lo trasladaron a una pista de aterrizaje, menciona.
Ahí, según Zambada, fue obligado a subir a un avión privado y junto con el piloto y
Guzmán López, finalmente llegaron al aeropuerto de Santa Teresa, en El Paso, Texas,
donde fue entregado a autoridades de los Estados Unidos.
Sobre el caso, la Fiscalía General de la República (FGR), informó en un comunicado que
inició investigaciones en contra de Guzmán López, como presunto responsable por el delito
de ‘traición a la patria’ en los términos establecidos por el Artículo 123 del Código Penal
Federal.
Dijo además que solicitó la información procedente al gobierno de Estados Unidos y al
gobierno de Sinaloa con la finalidad de sustanciar la investigación y que se conozca la
verdad sobre los hechos.